A cada paso que damos... en cada minuto transcurrido, se pierde y se gana. Es un devenir compensatorio, la vida nos brinda constantemente un más y un menos. Así como los tiempos que se van y vienen, así también, en nuestra existencia recibimos con alegría y despedimos con dolor.
Nos dice Sealtiel Alatriste, "En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de los días".
Es como que hay que perder para aprender a ganar...
Acaso los sueños no son recuerdos de tiempos lejanos, nunca vividos, quizás perdidos en la nebulosa de la mente?
Julio Cortázar decía que nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo. En realidad en cada mañana empezamos de nuevo y en cada noche tenemos la oportunidad de reflexionar.
Y tener muy presente, que no es mas rico el que más tiene sino el que menos necesita, andar por la vida liviano, no demasiado apegado, con pocas cosas... aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo.
Sabio es aquel que posee ideales bastante grandes para no perderlos de vista mientras los persigue.
Por último, los malos jugadores regresan a buscar lo perdido justamente para seguir perdiendo. Avanza sin mirar atrás, por cada pérdida se abre una puerta de libertad.
José de Guardia de Ponté