De rosas y amaranto
una guirnalda bella
la venida aquella
de tu árbol espera.
Anunciará el llanto
de la dulce criatura
del mayoral arcano
que nacerá en tu alma.
Y bastará esa presencia
para que el dolor
y todos los males
sean sólo ausencia.
Rayos dorados
coronarán su frente
y con sencillo agrado
en ese dulce pesebre
nacerá tu callado.
Por sus venas …
un arroyuelo manso,
formará en estío
tu delicioso prado.
Y tus caballos silvestres
Aquellos con penas clavados
Se convertirán en seres
de esperanzas concretas,
siempre libres… alados
José de Guardia de Ponté