La palabra mendigo deviene del latín "mendicus" que era aquel desvalido que por un defecto físico o mental vivía de la dádiva.
En el caso de esta caprichosa asociación de "mendigo de la razón" me refiero a aquellos desvalidos que por vicio o pereza mental delegan su capacidad de pensar en otros y por supuesto repiten muy ufanos cualquier barbaridad que corre por los medios de comunicación.
A mi entender el hombre que ha de mendigar amor es miserable pero el que anda mendigando pensamientos no pasa de ser un aparato que repercute un sonido, como un parlante.
Desdichado este tipo de mendigo que no conoce el placer de generar y dar una idea propia.
Si por casualidad le preguntamos a uno de estos personajes que vociferan exabruptos de algún periodista de turno, si él, personalmente tiene certeza, prueba o vio algo de lo que habla, de seguro se le queman los papeles y arguye sin pestañar... "está en todos los medios".
Las grandes mentiras y falsedades del mundo fueron manipuladas por los medios de comunicación y gracias al inmenso núcleo de opas útiles fueron motor de dominación y pillaje.
El hombre en la luna; Las torres gemelas; La utilidad de la ONU; El Fondo Monetario, La deuda externa y cuantas otras mentiras terribles fueron inyectadas en los cerebros ávidos de sentirse informados o desesperados por opinar.
Existen instrumentos básicos para poder crear mendigos de la razón: 1) crear miedo. 2) educar para la obediencia. 3) Imponer a la información como una necesidad básica. 4) Anestesiar el dolor moral. 5) imponer el individualismo. 6) Tanto técnica como económicamente, a la publicidad y a la industria cultural fundir en una.
Nos dice Edward Bernays: “La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de un país”.
La política se ha transformando en un campo de batalla entre manipuladores. Los medios de comunicación son los tanques y cañones de dichos contendientes. Vemos a nuestra democracia como un juego virtual para consumidores descerebrados, en vez de un camino de protagonismo para ciudadanos serios.
José de Guardia de Ponté