Quien diría, la locura
escondida de las ruinas
de esas espesas espinas
que marcan la cordura.
Que diría de aquel loco
que de tanto esconderse
se olvidó de recordarse
que estaba siempre solo.
Que tontera tan grande
enseñorearse muy orondo
cuando allá en el fondo
somos sarcasmo gigante.
Y es la vergüenza de todos
saberse entre los hombres
que de tanto hacer horrores
se ve reflejado en el lodo.
Ya vendrán como perros
así aullando los morales
los mismos que de males
nos metieron por el forro.
Y seremos como siempre
miserables pobres diablos
enjaulados en establos
sólo vestidos de alambre.
Así es la locura
esconderse de esas ruinas
de aquellas espesas espinas
que marcaron la cordura.
José de Guardia de Ponté