Palabra que deviene del latín frustratio, frustrationis (acción de llevar a alguien al error, decepción y equivocación), nombre de acción y efecto del verbo frustrare (frustrar, equivocar, estar engañado). En realidad esta palabra tiene origen en el término jurídico "fraus" (fraude - engaño).
También podemos decir que las frustraciones son pequeñas derrotas que sufrimos a lo largo de nuestro camino y que si se acumulan pueden llevarnos a una situación difícil.
Según la psicología las frustraciones tienen su primer origen en nuestras idealizaciones las cuales al develarse ante la realidad como falsas concepciones se convierten en síntomas de equívocos o errores. Según este criterio las frustraciones no podrían evitarse ya que el hombre en su devenir idealiza tanto a las personas merecedoras de sus afectos como a sus proyectos y/o acciones de vida. Muchas opiniones coinciden en que las religiones o el sentimiento religioso o místico saben intervenir eficazmente en el ámbito de la "resignación" mitigando o morigerando las frustraciones humanas.
Lo cierto es que muchos sueños mueren por una indeseada cantidad de frustraciones cotidianas... y cuando los sueños mueren las personas van muriendo interiormente.
El miedo también es un factor a tener en cuenta ya que el sólo temor a la frustración hace que evitemos caminos, abandonemos proyectos o convirtamos nuestros ideales en un manojo oxidado de banalidades.
Pero vivimos tiempos especiales, donde el mundo se mueve bipolarmente entre los factores del éxito y el fracaso. Para colmo de males los dos extremos son falsos ya que no existen en forma pura, la vida en sí es un devenir entre acciones positivas y desaciertos donde justamente uno va aprendiendo en el juego constante de la prueba y error.
Otra cuestión equivocada de nuestro sistema social actual es pensar que el éxito se basa en acumular bienes y poseer riquezas materiales cuando justamente esto sólo puede profundizar un vacío y soledad muy grande y llevarnos directamente hacia la peor de las frustraciones que es la muerte del alma.
Frederic Resmer dice "La dictadura de lo material engendra frustración y la frustración engendra el odio" y lamentablemente el mundo de hoy está lleno de odio, temor y soledad...
Como si el hombre necesitara del sufrimiento para darse cuenta que no lo necesita... que sólo está en esta tierra para ser feliz... sencillamente feliz. Y la felicidad se constituye con humildes cosas, con pequeñas y maravillosas acciones naturales.
La felicidad no se basa en el éxito sino en los caminos que uno recorre persiguiendo utopías y sueños.
En definitiva, las frustraciones no son más que la miopía que existe en el hombre al equivocar los medios con los fines.
José de Guardia de Ponté
José de Guardia de Ponté