La palabra deriva del griego y su construcción deviene de dos palabras, el verbo phainein (brillar - aparecer - mostrar) y el sufijo "ma" lo que en definitiva se puede definir como "aparecido".
Los griegos consideraban a los fantasmas como espectros que se hacían presentes, visibles, y gracias a la mente tomaban forma.
Los romanos toman la palabra y la derivan en fantasía, fantástico, fantasmagórico.
Para los ingleses el término "ghost" toma un ribete mas aterrador ya que se lo relaciona con los oscuro, una sombra, un espectro.
Popularmente los fantasmas son espíritus, almas descarnadas de seres muertos que se manifiestan entre los vivos de forma perceptible.
Algunos piensan que los fantasmas son gente que murió de forma violenta o inesperada con un asunto pendiente entre manos, que no puede descansar hasta que lo haya acabado o solucionado. Otros dicen que son personas que murieron mientras dormían y no saben que están muertos y vagan ignorantes de su perdida buscando vaya saber que cosa...
Otros en cambio comentan que muchos no pueden desprenderse de las cosas terrenales y necesitan tiempo para poder desapegarse, así que convertidos en fantasmas sufren viendo sus bienes en poder de otros.
David Mitchell nos dice: "La mente siente horror del vacío de la muerte y acostumbra a poblarlo con fantasmas".
La cuestión es que el folklore de todas las culturas nos traen historias de aparecidos y espíritus. Que casa vieja y fea no encierra entre sus muros oscuros espectros? Quien no ha soñado con algún muertito resucitado entre las sábanas?.
Así es, inherente al hombre está esa maravillosa creatividad que nace de la duda ya que el misterio es la cosa más hermosa que podemos experimentar. Por mucho que sepamos, siempre habrá una pregunta por responder con respecto a la muerte y ese espacio de misterio invitará a lo fantástico.
Y... aunque nadie a vuelto para contar el cuento, o por lo menos así dicen, los fantasmas desde tiempos inmemoriales andan dejando la duda a estas apreciaciones.
José de Guardia de Ponté