Del latín "delectare" (agradar - regocijarse) y de allí al italiano "dilettare" (deleitarse) luego a una palabra italiana "dilettante" que define a los aficionados a la música. Pasó al castellano con una significación peyorativa para definir a las personas que cultivan un arte o una disciplina como aficionado, no como profesional, generalmente por no tener capacidad para ello.
En nuestro acervo cotidiano podemos entender como aquella persona que va desde el idóneo hasta el chanta que todo lo sabe, y no sabe nada, el famoso todólogo.
Una de las características más interesantes de este personaje que podemos encontrar en cualquier bar o ronda de amigos, es su hiperbólica necesidad de discutirlo todo, argumentador incansable y por consiguiente insoportable. Nada se escapa de su enorme saber y su terrible ignorancia...
Sus posturas son siempre extremas, en sus terribles discusiones plantea falsas dicotomías: o a o b, y no hay otras opciones. Lo mismo se trate de una discusión sobre la mejor forma de preparar una pasta, o un asado, debatir sobre la pena de muerte, los impuestos o el gobierno de turno … sus argumentos son exagerados y los datos conque se basa son directamente inventados. Para mayor lucimiento miente frases que dijo tal o cual encumbrado intelectual o filósofo, igual, quién lee hoy en día...
Sofista de café a la turca, inútil arreglador del mundo, pensador de pacotilla, sus lecturas de cabecera son revistas de pseudociencia como "Muy Interesante", "Lo secreto y lo oculto" y "Aprenda a ser millonario en 24 hs."
El pensamiento del "diletante" tiene un encanto particular para el buen observador, ese encanto reside en que sigue la ley del menor esfuerzo, como sus tesituras carecen de arduos estudios o penosas observaciones empíricas, y más bien suele huir de ellas, proporciona siempre una respuesta completa a todo y lo hace con la técnica del relleno, que consiste en rellenar los huecos del conocimiento con frases ampulosas que pretenden explicar todo sin explicar nada, y el principio de no contradicción del absurdo, que consiste en que no importa cuan incompatibles sean las explicaciones, siempre que sean aparentemente racionales alcanza.
Su concepción de la política es nefasta. Si bien para un diletante es muy difícil llegar a tener poder político, porque aunque parezca mentira es un utópico y hasta alguna veces con escrúpulos, pero... si por esas raras ocasiones llegara a manejar poder... sus acciones siempre lograrían resultados opuestos a los buscados por no dar jamás con las herramientas adecuadas para la situación (salvo en las contadas ocasiones en que acierte por mero azar). Es, en definitiva, de esa clase de políticos que encuentra problemas donde no los hay, hace diagnósticos falsos y aplica los recursos y medios equivocados.
En definitiva este "todologo" es una persona que cree conocer de todo, y que además es capaz (o se cree capaz) de hacer cosas en diferentes ámbitos. La realidad es que no sabe con certeza nada y gracias a la providencia siempre se queda en partida.
José de Guardia de Ponté