Abismo

De la palabra griega "abissos" (sin fondo) a la latina "abisus" profundidad - infierno, para luego superlativizarse en "abísimus" muy profundo - insondable, esta extraña y misteriosa palabra llega a nosotros como abismo, la cual puede decirse que de sólo nombrarla se nos eriza la piel.
La idea del abismo encierra un silencio sofocante, se cierne como una extraña duda, como la palabra muerte.
El abismo no tiene límites ni vacío, porque de alguna manera somos abismo; lo infinito está lleno de nosotros. Nada podemos contener si no nos dejamos ser contenidos. 
No hay nada que interese tanto al hombre como la sensación de estar al borde del abismo y no estoy seguro si esa "cerca" falsa que uno construye en esa frontera que delimita la vida de la muerte es el secreto de la existencia o el miedo a conocerla.
Nos dice Philip Kerr: "Es difícil mirar por encima del borde del abismo sin que el abismo te mire a ti"
Yo digo que en realidad es un espejo - una imagen de uno mismo, que sólo buscamos cuando lo superficial nos cansa, ya que lo trivial se vuelve insoportable cuando toma importancia.

De todas formas el abismo me ha hechizado porque es un camino por el que huyen los caminos, un sendero misterioso y mágico que conduce a uno mismo, Que encontraré cuando me encuentre?

Nada quizás, o todo.


José de Guardia de Ponté

 

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